jueves, 30 de abril de 2015

Una de las primeras protagonistas de este espacio sera Frida Kahlo una Artista mexicana.

Has mirado más allá de tus sueños, has plasmado lo que tu corazón siente, has imaginado las atrocidades que hacen los criminales y las has dibujado en un papel, te has hecho un autorretrato donde muestres el dolor que llevas dentro, donde dejes ver una sonrisa tierna, cálida o donde expongas  esa melancolía de tu interior.
Una mujer que sin duda fue y seguirá siendo respetable, admirada en todo el mundo y querida por su amado México,  uno de esos personajes que marco época en cultura, arte y poesía. Dura y correosa como el fierro, de carácter tempestuoso, pero frágil y marchita como la naturaleza, con el alma herida, pero firme en sus decisiones y argumentos.
Ella es Frida Kahlo, destacada en el arte mexicano, sus pinturas demuestran más allá del dolor, son ácidas, poéticas, simplemente son ella misma.

Foto tomada con monolito en La Casa Azul de Coyoacán.

Una mujer la cual llevaba sangre indígena  (de madre Oaxaqueña), pero también corría sangre extranjera (padre Alemán). Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón  nació en Junio de 1907 en Coyoacán (México), aunque ella decía que había nacido en 1910; fecha de la revolución mexicana, Frida fue la tercera mujer de cuatro hijos que tuvo la pareja.
Sufrió de enfermedades y lesiones en su cuerpo; contrajo poliomielitis en 1913, por eso siempre uso faldas largas, ya que le daban pena sus piernas delgadas. En 1925  sufrió un accidente en un camión en el cual el pasamanos se le incrustó en la matriz, por consecuencia no pudo tener hijos, con el paso del tiempo comenzó a tener problemas muy severos en la columna vertebral. 
Gracias al accidente Frida empezó a desarrollar el gusto por la pintura, dibujando sus corsés con mariposas de colores vistosas, que llenaban de vida su cuarto, ahí surgió su primer autorretrato Frida con vestido de terciopelo rojo.

Frida con vestido de terciopelo rojo.
Una pintura que cautivo a Diego Rivera -con el que más tarde contraria nupcias-.
Su boda se define simplemente en dos palabras el de un “elefante y una paloma” como dijeron sus colegas.
Ahí inicio un tormentoso pero apasionado amor lleno de infidelidades de ambos, de luchas contra la política de esa época, con viajes que no fueron lo que esperaban, con fracasos,  pero sobretodo con el amor que jamás terminó entre ellos: porque para Frida él era su sapo panzón y para Diego ella era su Friducha.



Fotos tomadas el día de su boda en la Casa Azul en Coyoacán

En 1937 Frida alojo al líder comunista León Trotsky y a su esposa, con el que tuvo un romance, más tarde fue acusada de su muerte. Paso unos días en la cárcel al desmostar su inocencia.
Después de esos sucesos llevo su obra a Paris, presentándose en los mejores periódicos y revistas de arte y siendo reconocida Mundialmente.
Estando ella allá, le escribió a Diego diciéndole que la habían tratado muy mal en Paris, que prefiere comer en un mercado de Toluca unas tortillas y tomar tequila en lugar de vino tinto.


Fotografia tomada en París en 1939 por Nickolas  Murray


Después de un tiempo Frida cayó en depresión pues le habían amputado la pierna, tenía pulmonía y sentía dolores espantosos en el cuerpo, lo único que la controlaba era la morfina que le quitaba el dolor  ¡hay pobre Frida!  Su doctorcito le retiraba siempre el milagroso medicamento, pero sus amigas le dejaban las ampolletas enterradas en las macetas.
Estando ella en cama porque el doctor la tenía en reposo, surgió una nueva noticia que hizo llenar de vida a ese pobre cuerpo marchito y maltratado, al fin tendría su exposición en su México querido.
Fotografia tomada en la exposición de Frida Kahlo
Llegando en cama a su exposición iba ataviada con uno de sus tantos huipiles que adoraba, su trenza que rodeaba su cabeza y su rebozo a juego.
Llena de felicidad se tomó su tequilita que tanto añoraba, diciéndole a su doctorcito que si la dejaba tomarse ese tequilita le prometía que cuando estuviera muerta no pediría ni uno más.
Falleció  el 13 de julio de 1954. La velaron en el Palacio de Bellas Artes cubriendo, su féretro con la bandera Comunista.
Frida  no quería que la enterraran, deseaba que la  cremaran, ya que ella siempre decía: “permanecí mucho tiempo acostada para que me entierren y siga así, ay no mejor que me cremen y me dejan en mi casa azul sobre mi cama”
Hay que recordar que esta formidable mujer no sólo hizo de su herencia cultural mexicana, un objeto artístico legítimo e invaluable, más allá del patriotismo cargado de tintas políticas.
Cuando se cierra el libro, uno piensa más en Frida mujer que en la artista. Incluso los más saturados con la doliente imaginería de la mexicana encontrarán un antídoto en este puñado de imágenes entrañables.
Con esta revista quiero hacer un homenaje a una mujer que rompió con todas las reglas establecidas en una época políticamente muy difícil y contradictoria.
Rompiendo con todos los estándares de una mujer típica de su país y por lo cual me despierta profunda admiración. Sus Obras la puedes admirar en el museo que se encuentra en Coyoacán conocido como “La Casa Azul”, donde nació, creció y murió.


Fotografía tomada en el AGN

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